Bosque fósil subterraneo


Subterráneo: William A DiMichele en Springfield Coal. La masa oscura es una veta de carbón, el esquisto más claro se ve interrumpido por un tronco de árbol fosilizado.
En las profundidades de una húmeda mina de carbón al sur de Illinois (EEUU), se encuentra el bosque fósil más grande que se haya descubierto, por lo menos 50 veces que el anterior.

Los científicos están explorando humedos pasajes a la luz de los faros, explorando un ecosistema de más de 300 millones de años, justo antes de que los primeros grandes bosques del mundo fueran barridos por un calentamiento global. Este vasto paisaje prehistórico puede arrojar luz sobre el cambio climático de hoy en día.
Este bosque data del período de Pennsylvania de la época del Carbonífero, el bosque se encuentra enterrado en una serie de ocho minas activas. Se excavan a través de vetas de carbon de la mina Springfield, un recurso energético de importancia nacional para los estadounidenses.
Empujado hacia abajo a través del tiempo por el peso aplastante de las capas de roca superiores, el bosque de Springfield se encuentra a profundidades variables, entre 250 y 800 metros bajo tierra. Los investigadores sólo han analizado, hasta ahora, las proximidades de Galatia, Illinois, pero creen que se extiende más de 100 millas de largo y su anchura no ha sido comprobada. Un descubrimiento anterior del mismo equipo, el bosque de carbón Herrin, más al norte de Illinois, está a solo dos millas de distancia.


"Efectivamente, tienes un mundo perdido", dijo Howard Falcon-Lang, un paleontólogo de la Royal Holloway, Universidad de Londres, que ha explorado el sitio. "Es lo más cercano a un viaje en el tiempo", agregó.
Curiosamente, el bosque puede ser visto sólo desde abajo. Los científicos estiran el cuello, iluminando el techo con las lámparas de casco de los mineros. Cientos de millones de años atrás, los árboles y otras plantas crecían encima de la espesa turba que con el tiempo se comprimió en carbón, y cuando esto fue escavado, los restos del bosque se pueden ver en el techo del esquisto de la mina.


"Es una Pompeya Botánica, enterrada en un instante geológico" dijo William A. DiMichele, un paleobiólogo y curador de plantas fósiles en el Instituto Smithsonian en Washington y uno de los descubridores de este bosque.


Un río tan ancho como el Mississippi serpentea a través del paisaje fósil del bosque< su curso sigue siendo claramente visible. A medida que el clima se hizo más seco, con temperaturas en aumento en el último período Carbonífero, la lluvia se convirtió en el sedimento de la temporada y golpeó la tierra llenando el río con sedimentos.
La inundación fue gradual y progresiva, apenas agitó las hojas de helecho encontradas en el barro y que se pueden ver en los techos de las minas de carbón.


Enormes árboles fosilizados siguen de pie en sus raíces en su suelo original, pero compacto, rodeado de la basura de las hojas que una vez se agitaban hacia abajo.
Los reptiles primitivos fueron evolucionando en los pantanos, pero casi no hay fósiles de animales en este bósque, salvo por las alas de cucarachas, ya que estas criaturas huyeron con facilidad de la crecida de las aguas.


"Es extraordinariamente raro encontrar bosques fósiles de tamaña extensión", dijo Kirk Johnson, un paloebotánico en el Denver Museum of Nature and Science. "Por lo general es un poco de árboles por acá, otros por allá. Pero aquí hay una geografía muy antigua. Efectivamente sin precedentes".
El Dr. DiMichelle y sus colegas han explorado un camino de cinco millas, a partir de la orilla de un río antigüo. Así, como si se tratara de un bosque en vida, han marcado a lo largo de la ruta las hojas individuales o troncos caídos para estudiarlos luego. Alejándose del río, un denso matorral de helechos con semilla dan paso a los helechos arborescentes y la cubierta de la tierra baja.


Estos árboles tenían aspecto de reptil, por lo que a veces se confunden con restos de dinosaurios. En forma de tubo con el interior de pulpa esponjosa, los árboles se partieron en dos cuando las tormentas asolaron el pantano. Raíces cilíndricas inmensas los mantenían con firmeza en posición vertical.


No había pájaros en el período de Pennsylvania, por lo que los insectos prosperaron en un aire rico en oxígeno. Caminatas por el bósque de Springfield habría significado esquivar cienpies de dos metros de largo y cien pies del tamaño de cuervos.
Sin embargo, las hojas fósiles muestran menos mordidas que la vegetación de nuestros jardines modernos. Los animales habían evolucionado recién a herbívoros, tenían el hábito de comer plantas vivas, ya que subsisten restos putrefactos en el pantano.


Dos millones de años más tarde, un parpadeo geológico, llegaron grandes extinciones de plantas, eliminado muchas de las especies que se encuentran en el bosque. Los árboles de gran escala se extinguieron por completo. Sus parientes modernos son los quillworts, de sólo dos metros de alto.


Este descubrimiento permitirá a los científicos un análisis más profundo nunca antes posible en un ecosistema antiguo, y este tipo de estudios podrá ayudar a predecir los efectos del calentamiento global de hoy.
"Con nuestros aumentos de  CO2 y los cambios en el clima", dijo Scott D. Elrick, un miembro del equipo de State Geological Survey, "nosotros podemos ver el pasado y decir 'ha sucedido antes'".


Hoy en día quemamos árboles del Carbonífero por millones": todos ellos han convertido en carbón. Recientemente descubierto, el bosque de Springfield se esta desmoronando a pedazos, con la misma velocidad que los techos de las minas luego de las explosiones.


Conclusión: tenemos nuevos descubrimientos que van a permitir predecir los efectos del cambio climático sin embargo, habrá que estimar que tan aplicables son en este tiempo, ya que durante el calentamiento global del Carbonífero no existía el ser humano.


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